Domingo de Ramos: Estrenar la Vida
"Domingo de Ramos: Al que no estrene nada, se le caen las manos". Así rezaba un refrán de mis lejanos años de infancia, cuando la fiebre comercial aún no existía. Para mí, niño de ciudad de provincias, este era un dogma vital, creído, esperado y amado. Desde muy pequeño, sabía que ese domingo iba a estrenar algo para asístir orgulloso a la procesión de la borriquilla. De hecho, en mi casa, con cuatro bocas por llenar además de las suyas, mis padres siempre nos tenían preparado a mis hermanas y a mí algo para estrenar, aunque sólo fuesen unos calcetines o un pañuelo. Todo, antes de arriesgarse a perder las manos...
Hoy en Murmansk, después de una noche gélida, hemos estrenado un nuevo día circundados por un impresionante sol de justicia. Colándose por las pupilas del cuerpo y los ojos del alma, nos gritaba que el invierno tiene los días contados y triunfa la primavera de la Pascua florida. El sol parece haber sido la campana que ha convocado a tantos y tantos de nuestros parroquianos a la celebración del Domingo de Ramos. Ha sido un regalo inesperado y gozoso para todos. Hemos podido reunirnos fuera, en la explanada frente al templo, para la bendición de los ramos y la proclamación del evangelio de la entrada en Jerusalén. Aunque la nieve se acumulaba ante nuestros ojos, el sol nos hacía sentir el calor del encuentro fraterno. Tanto, que al pasar entre el pasillo humano de los "pueri Murmanskorum portantes ramos olivarum" todos querían sentir el roce del agua bendita ("que a mí no me ha tocado...") y cantaban, con la fuerza del estreno, un canto antiguo como el evento histórico revivido en Murmansk-Jerusalén "Hosanna, Hosanna, Hosanna, sanna ei".
El sol ha sido el protagonista de la Liturgia. Se colaba por los amplios ventanales y nos bañaba a todos una y otra vez con su calor. Hoy la gente cantaba como nunca. Todos y con fuerza. Ellos mismos lo han dicho al acabar: "¡Qué bonito! ¡Cuánta gente! y... ¡cómo hemos cantado!" No ha importado que la celebración haya durado casi dos horas de reloj. Se estaba bien allí. Al acabar, algunos preguntaban "pero, ¿no hay encuentro ahora con el Padre Mariano para segujir con las charlas sobre la Pascua?"
Jesús entrando en Jerusalén, nos invita a entregar la vida con El para estrenar la Vida de verdad. El gozo de la Pascua ha empezado hoy, al contemplar al Rey entrando humilde en su gloria rodeado de cantos de la gente sencilla. La noche de Getsemaní no pierde ni un ápice de su agónico drama. Hay que beber el cáliz hasta las heces. Hay que des-vivirse y morir día a día. Pero el Sol invicto de la Pascua va a hacer reventar la piedra del sepulcro. El vino nuevo del reino preparado para los sencillos, está pronto para ser estrenado. Se acerca la Pascua. ¡ A des-vivirse, hermanos y hermanas, amigos de Murmansk, que son dos días! Y al tercero... estrenamos la Vida de verdad.
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