Palabras de agradecimiento

El domingo 11 de noviembre de 2007, el Nuncio D. Antonio Mennini acompañado por otros sacerdotes, religiosos, (vinieron desde muy lejos, como los Caretianos que están en Siberia o los pp Mario que trabaja a más de 1400 km y Diógenes a más de 2000 km; ...) y de la comunidad parroquial de San Miguel Arcángel bendijo el primer templo católico en estas latitudes.

Hasta las 7 de la mañana del día domingo, los obreros y gente de la comunidad estuvieron preparando el lugar para recibir a todos los que se dieron cita. Tres canales de televisión cubrieron la información, dos radios.

A la hora señalada dió comienzo la ceremonia congregándonos todos a la entrada para bendecir la llave con la que el párroco abrió la puerta principal.

Y allí, como pueblo de Dios congregados para tan importante acontecimiento, fuimos entrando y sintiéndonos que verdaderamente se trataba y así fue, de una verdadera fiesta.

El coro, un grupo de jóvenes de la Iglesia Santa Catalina de San Petersburgo nos introducía con el canto en un ambiente de fraternidad.

Las autoridades locales, de la Gobernación y de la Administración, al igual que un represetante del Ministerio del Interior venido especialmente de Moscú, junto con los cónsules de Polonia, Lituania y Bielorusia participaran de este evento.

Personas llegadas desde muy lejos, tuvieron que esperar a que amaneciera, en la terminal de trenes hasta el comienzo de la celebración. Todos estuvimos en este día, muy cerca el uno del otro para ayudar a que todo saliera como al final sucedió. Bien. En un ambiente de respeto y de asombro. Respeto por encontrarnos sumergidos en el gran día, esperado por todos. Asombro de ver que al final, lo que parecía imposible se hizo realidad.

Agradecemos a todos desde el Sr. Nuncio, hasta la feligresa que a las 5 de la mañana llegó desde su ciudad natal para participar de lo que ella misma repetía..."me parece increíble que por fin tenemos nuestra IGLESIA".

Damos gracias a todos os que nos escribieron saludándonos, a las emisoras radiales de Argentina, España y Roma que se pusieron en contacto con nosotros.
Agradecemos muy especialmente a las personas que no pudieron asistir y que desde el principio de este sueño estuvieron alentándonos y ayudándonos espiritual y económicamente.

A todos: gracias.

Atte: p. Juan Emilio Sarmiento cmf