Un poco de historia..
“...por eso, cuando los Misioneros Claretianos se dirigieron a mí solicitando una parroquia, decidí ofrecerles este difícil reto. Enseguida constestaron positivamente y desde entonces no tengo sonrojo en ponerles como ejemplo: han sido gentes meridionales, de cultura y lengua muy lejana, acostumbrados a climas benignos, los únicos capaces de hacerse cargo de ese pequeño rebaño que pedía desde hace años un pastor...los fíios polares de Murmansk han conocido el ardor de la caridad de San Antonio María Claret que abrasab a por donde pasaba...”
Arzobispo Tadeusz Kondrusievicz
Metropolita de la diócesis de la Madre de Dios en Moscú.
Llegamos a Murmank, ciudad dentro del círculo polar ártico, en el año 2000. Traíamos solamente un sobre con el decreto de nombramiento como párroco del p. Juan Emilio Sarmiento cmf. Con él, el hermano Josep. Uno argentino, el otro alemán con una rica y amplia experiencia de trabajo en Siberia con otros misioneros claretianos.
Poco a poco, comenzaron a buscar por todos los medios a su alcance a los católicos dispersos en esta inmensa región que linda con Finlandia y Noruega. Sin vivienda y sin templo, los misioneros vivieron, primero en un hotel y luego en un pequeño piso que compartían con otro inquilino.
Pero el espíritu misionero, y la gracia de Dios les acompañaron desde mucho antes del inicio de esta tarea eminentemente pastoral.
Y así fueron llegando los primeros católicos, de la misma ciudad y de zonas lejanas de hasta 300, 400 km. Todos descendientes de polacos, bielorusos, ukranianos y lituanos.
Hoy podemos alegrarnos con todos ellos porque gracias al tesón de esta pequeña grey, conseguimos que fueran escuchados nuestros reclamos para obtener un solar en donde por primera vez se construirá la Iglesia que con tanta ansiedad deseamos ver terminada.
En el año 2004 obtuvimos el solar y hoy ya están a la vista sus cimientos. Demos gracias a Dios y en especial a las personas que generosamente colaboran para que lleguemos hasta el final de nuestro objetivo: que la comunidad católica de Murmansk, parroquia San Miguel Arcángel, tenga su templo y sus lugares en donde reunirse y celebrar los sacramentos.
Entonces ya no dependeremos de arbitrariedades y caprichos incomprensibles por no tener nuestro lugar de culto y reuniones. Ya no tendremos que actuar casi, clandestinamente, cuando a la hora de celebrar Navidad y Pascua (solo por citar las fiestas más importantes..) debemos arrendar lugares poco dignos para estas liturgias.
Esto será historia pasada. Tendremos nuestra Iglesia.
Pero necesitamos de vuestra ayuda. Son varios los proyectos que tenemos entre manos. Seguiremos dando los 150 desayunos a niños que lo necesitan. Pero queremos dar una respuesta solidaria a la situación de los ancianos, los jóvenes, los niños. Esto supone proyectos y ayuda economica para solventarlos.
Esta experiencia claretiana, este vivir carismáticamente las intuiciones de nuestro Padre, Misionero y Fundador; San Antonio María Claret, nos entusiasma y nos impulsa a seguir adelante, y por todo esto nos alegramos con nuestros hermanos que ven hecha realidad aquel pedido que hace años hicieron al Obispo.
Arzobispo Tadeusz Kondrusievicz
Metropolita de la diócesis de la Madre de Dios en Moscú.
Llegamos a Murmank, ciudad dentro del círculo polar ártico, en el año 2000. Traíamos solamente un sobre con el decreto de nombramiento como párroco del p. Juan Emilio Sarmiento cmf. Con él, el hermano Josep. Uno argentino, el otro alemán con una rica y amplia experiencia de trabajo en Siberia con otros misioneros claretianos.
Poco a poco, comenzaron a buscar por todos los medios a su alcance a los católicos dispersos en esta inmensa región que linda con Finlandia y Noruega. Sin vivienda y sin templo, los misioneros vivieron, primero en un hotel y luego en un pequeño piso que compartían con otro inquilino.
Pero el espíritu misionero, y la gracia de Dios les acompañaron desde mucho antes del inicio de esta tarea eminentemente pastoral.
Y así fueron llegando los primeros católicos, de la misma ciudad y de zonas lejanas de hasta 300, 400 km. Todos descendientes de polacos, bielorusos, ukranianos y lituanos.
Hoy podemos alegrarnos con todos ellos porque gracias al tesón de esta pequeña grey, conseguimos que fueran escuchados nuestros reclamos para obtener un solar en donde por primera vez se construirá la Iglesia que con tanta ansiedad deseamos ver terminada.
En el año 2004 obtuvimos el solar y hoy ya están a la vista sus cimientos. Demos gracias a Dios y en especial a las personas que generosamente colaboran para que lleguemos hasta el final de nuestro objetivo: que la comunidad católica de Murmansk, parroquia San Miguel Arcángel, tenga su templo y sus lugares en donde reunirse y celebrar los sacramentos.
Entonces ya no dependeremos de arbitrariedades y caprichos incomprensibles por no tener nuestro lugar de culto y reuniones. Ya no tendremos que actuar casi, clandestinamente, cuando a la hora de celebrar Navidad y Pascua (solo por citar las fiestas más importantes..) debemos arrendar lugares poco dignos para estas liturgias.
Esto será historia pasada. Tendremos nuestra Iglesia.
Pero necesitamos de vuestra ayuda. Son varios los proyectos que tenemos entre manos. Seguiremos dando los 150 desayunos a niños que lo necesitan. Pero queremos dar una respuesta solidaria a la situación de los ancianos, los jóvenes, los niños. Esto supone proyectos y ayuda economica para solventarlos.
Esta experiencia claretiana, este vivir carismáticamente las intuiciones de nuestro Padre, Misionero y Fundador; San Antonio María Claret, nos entusiasma y nos impulsa a seguir adelante, y por todo esto nos alegramos con nuestros hermanos que ven hecha realidad aquel pedido que hace años hicieron al Obispo.
El cronista.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home